Wiki Owari No Seraph
Advertisement
¡AVISO!

¡Este artículo contiene spoilers de TODA la obra!.

En este apartado se relatará toda la historia del personaje de forma cronológica. Anime, manga y novelas van por separado. Al final habrá un listado de los capítulos y episodios en los que sale el personaje, tanto de anime, manga y novela. Sin embargo, la parte faltante, la de su vida como ángel, estará por separado y se relatará en la página de su versión como ángel. Como la historia está incompleta, y este personaje parece aún no haber muerto, es probable que se desvele más de Krul a futuro, por lo cual, si llega el momento, se añadirá a la página. De momento, cuenta con 7 episodios en el anime, 52 capítulos en el manga, y 2 capítulos en la novela ligera.

Anime[]

Introducción de Krul

Krul fue introducida en el primer episodio, donde ocurrió la catástrofe. Justo cuando el virus golpeó y empezó a matar a los adultos, ella llegó para tomar custodia de la gente de ahí como su reina. Seguida de un ejército de vampiros encapuchados, se adentró en la ciudad en caos, plagada de cadáveres y fuegos por la muerte repentina de muchos. Su ejército finalmente dio con el objetivo, el cual era encontrar los huérfanos del Orfanato Hyakuya. Acomodó a los niños, y se da a entender que a todos los demás niños de la zona y diferentes zonas a las que pudo llegar con su ejército, en Sanguinem. Aunque todo esto pasa fuera de cámara.

Su siguiente aparición no fue sino hasta el episodio cuatro, donde se muestra su rostro por primera vez, revelando quién era. Se reunió con sus subordinados a la salida de Sanguinem, encontrando varios cadáveres de niños junto al de Ferid, un noble vampiro. Era el sangriento escenario de un intento escapista infantil que acabó imposiblemente mal. Aunque ella era consciente de qué había pasado en verdad. Llamó entonces a Ferid, ya que ella era consciente de que era imposible que hubiera muerto por unos niños humanos, experimentos o no. Éste no tardó mucho en confirmarlo, levantándose del suelo riendo. Krul le siguió la corriente por un rato, replicando la imposibilidad de éste acto que él había intentado vender, además de ser consciente de que no solo había intentado inútilmente hacerse el muerto, sino que había llevado a los niños ahí, dejando escapar a uno de los serafines y matado a los otros. Siendo esas vidas muy preciadas para ella, y ambos eran conscientes de ello.

Ferid comentó en ello, siendo que la naturaleza de esos niños era ilegal y los tendrían que haber matado hacía tiempo, de ahí su importancia. Él intentó rebatir, amenazando con denunciar al Consejo de Progenitores su obvio pecado. No pudo continuar hablando por mucho más tiempo, siendo parado por una patada alta directamente a la cabeza por parte de Krul. Esta patada le hizo retroceder varios metros, volando en el aire hasta que pudo finalmente aterrizar bien a pesar de la herida abierta y sangrando de la cabeza. Eso, sin embargo, no le salvó de mucho. Aunque estuvo a tiempo de ponerse en pose de defensa, viendo como la contrario se acercaba corriendo hacia él, falló al intentar golpearle en la cabeza, aprovechando así ella le golpeó el brazo, cortándolo con ese golpe y haciendo que volara. Krul le da otra patada alta hacia la zona de la cabeza, dejándolo en el suelo. Antes de que pudiera continuar hablando, le dejó la pierna encima de la garganta en clara amenaza.

Krul transforma a Mikaela en vampiro.
Krul transforma a Mikaela en vampiro.

Hablaron un rato más, con Ferid al final rindiéndose ante las promesas de más pelea y dolor de Krul, decidiendo irse con la amenaza de ésta sobre que se mantuviera fuera de sus asuntos. Con el noble fuera, su atención se centró en el único superviviente presente de la masacre, un joven rubio y pálido de ojos azules: Mikaela. Se acercó a él, hablando de la posibilidad de la inmortalidad, pero éste la rechazó por completo. Ante eso, Krul decidió tomar la supervivencia del contrario por su propia mano, aún si fuera en contra de su voluntad. Se mordió el labio inferior hasta hacerlo sangrar, un fino hilo de sangre goteando de su labio a su barbilla. Se sentó encima del moribundo niño, informando de los cambios que conllevaría lo que iba a hacer, aunque el contrario no parecía suficiente consciente para entenderlo. Se acercó un poco más, cerrando los ojos cuando sus labios se tocaron. El momento en el que la sangre de Krul entró en su sistema, los ojos de Mikaela se abrieron.

Aunque no se mostró hasta el episodio 9, hay un recuerdo de lo que pasó tiempo después de convertir a Mikaela. Ahí, se enseña a Krul sentada en su trono mientras veía a Mikaela en las escaleras de este, doblado en sí mismo y agonizando por la hambruna. Inútilmente, ella le recordó que su negación a beber sangre no le llevaría a nada más que a la muerte. Ante la falta de reacción del contrario, Krul finalmente bajó de su trono, cortándose la muñeca bajo la atenta mirada del niño. La sangre de la herida fue llenando una fina y elegante copa de cristal, reiterando que esa era la única forma de mantenerlo con vida. Una vez tuvo la copa llena, caminó hacía él, bajando más escalones hasta estar enfrente suyo y se arrodilló. Le ofreció la copa, pero él no lo pensó dos veces antes de darle un fuerte manotazo y mandarla a volar, haciendo que se rompiera una vez hizo contacto con el suelo, creando un desastre de cristales y sangre en la alfombra. Krul pareció rendirse por un momento, tomando el camino hacia su trono nuevamente, parando cuando sintió a Mikaela tomarla del brazo. Al voltearse, se dio cuenta que éste había empezado a beber directamente de la herida. Con una sonrisa dulce, se sentó en las escaleras, acariciando la cabeza rubia mientras le dejaba beber más. A pesar de sus dulces acciones, sus palabras eran duros recordatorios de su posición como su inferior, mascota y subordinado, acabando su discurso abrazando dulcemente la cabeza de Mikaela por completo.

Siete años después de transformar a Mikaela, al final del episodio cuatro, se mostró una reunión en Sanguinem. Era una audiencia donde parecían estar reunidos todos los vampiros de importancia de la ciudad, donde una hablaba en el escenario debajo del trono de Krul sobre el problema que tenían en la superficie con la resistencia humana. Más en concreto, sobre un grupo llamado Ejército Demonio Imperial Japonés. Explicó cómo este grupo humano estaba matando a compañeros vampiros en las calles, experimentando con artes prohibidas y, el peor pecado de todos, aún continuaban con los experimentos del serafín del final que causaron el final del mundo hacía años. Toda esta información junta no pintaba un futuro muy prometedor para ellos, y así Krul frente de la audiencia ahí sentada, paró el discurso para anunciar la guerra hacia los humanos.

Todo esto se volvió a ser resumido al principio del episodio cinco, aunque no fue hasta el episodio catorce. Apareció en medio de una reunión del Consejo de Progenitores, teniendo una discusión no muy amigable con uno de los miembros del mismo rango que ella: Lest. Junto a ella en la sala habían Ferid y Mikaela atendiendo la reunión, aunque no contaba con el último. Los del consejo le llamaron la atención en la situación con los humanos de Japón y el hecho de que habían sido informados de que habían aún experimentos con los serafines de su parte, aunque por mucho que ella asegurara que estaba todo bajo control y ya tenía plan de acción, aunque no eran realmente algo de qué preocuparse, los demás no parecían tener mucha confianza en ella o en sus palabras. Tan pronto acabó la reunión, dejó ir un golpe al aire con el puño que hizo romper el suelo. No solo los del consejo le estaban presionando, sino que Ferid había decidido llevar a Mikaela y casi la mete en peores problemas. Le reclamó a Ferid por ello, y aunque él se intentó explicar divertido y Mikaela intentó hablar con ella, al final yéndose de la sala enfadada.

Mikaela y Krul no hablaron nuevamente, al menos en pantalla, hasta el episodio quince, donde Mikaela la encontró tranquilamente sentada en su trono mientras rellenaba un tubo de ensayo con sangre a partir de una pequeña herida que goteaba en su muñeca. Krul le dio una dulce bienvenida, no moviéndose de su sitio mientras le vió acercarse. Mikaela le ignoró, agarrándola por los antebrazos. En un momento la levantó y le agarró de las muñecas, manteniendo las manos en alto mientras le mordía en cuello y bebía de ella. Al principio ésta no reaccionó, pero cuando Mikaela dejó de beber, se sonrojó suavemente y sonrió, haciendo un comentario burlón de su aparente hambruna. Lo abrazó por la espalda, acercandolo más dejando una de sus manos en los hombros y la otra en la nuca.

A pesar de las repetidas advertencias de Krul sobre Mikaela no pudiendo seguir viviendo solo de beber su sangre, no parece que haya mucho crecimiento. Mientras Krul llenaba más tubos de ensayo en su trono, teniendo ya tres de cinco llenos, Mikaela le llamó la atención sobre el hecho de que ahora, gracias a lo que había aprendido de ser colado en la reunión del consejo por Ferid, sabía de la verdadera naturaleza de su estancia ahí. Una peligrosa y en su parecer sin sentido. Le comentó que ahora sabía que le tendría que haber sido matarlo a él y Yuuichiro, cuestionando el por qué había ignorado una orden tan importante. Krul no le respondió a la pregunta, dando evasivas burlonas vacías. Mikaela intentó insistir, subiendo los escalones del trono hacia ella e intentando tocarla, algo que ella paró rápidamente. Le agarró de la mano, entrelazando los dedos como algo casual y normal, pero mientras ella seguía actuando como si nada, él empezó a retorcerse de dolor ante la fuerza infringida en el agarre. Mikaela intentó forzar y sacar la mano del agarre de hierro de Krul, pero sin resultado alguno. Ignorando su dolor, Krul continuó hablando burlonamente, esta vez sus palabras más hirientes que sus evasivas vacías de antes, rozando el insulto. Mikaela había poco a poco sucumbido al dolor, quedando de rodillas en el suelo mientras se agarraba de la muñeca, pidiendo que parara, solo recibiendo otro comentario burlón.

Finalmente le soltó, hablando de cómo era mejor que ella tuviera el poder del serafín del final que los humanos, ya que eran seres que temer que podrían arruinar el mundo aún más de lo que ya estaban si seguían por el camino en el que estaban, ya que ese experimento era un poder demasiado grande para que simples humanos lo pudieran controlar. Se acercó hacia él, agachándose y agarrando su nuca para atraerlo más hacía ella. Le susurró algo al oído, algo que no se permitió a la audiencia escuchar. Entonces volvió a levantarse y caminar hacia su trono, proclamando que la misión de Mikaela era una secreta y muy importante, que tendría que infiltrarse y obtener información de ambos bandos, con el peligro de la repercusión de ser atrapado y ganarse el odio de todos.

Apareció más tarde en el episodio veintitres, seguida de su ejército de vampiros, se enfrentó contra Guren. Éste intentó atacarla con la espada, pero el ataque fue parado de forma rápida, contraatacando con un puñetazo que le hizo volar. Krul le cogió del cuello y lo empotró contra el suelo, vigilando de no tener a nadie cercano para no escuchar su conversación, ignorando la piedra que se rompió al empotrar a Guren contra ella. Lo reconoció como el mensajero de Mahiru, revelando a la audiencia que no solo conocía a la nombrada genio de la familia Hiragi, sino que además tenía un trato con ella. Trato que ante su muerte, también murió con Mahiru. Krul le hizo obvio que sin ella, él no le era necesario y no tenía razón para no matarlo. Guren intentó avisarle que si el experimento fallaba, el plan en sí se destruiría, pero ella le golpeó en el costado como respuesta por su tono burlón. Sus palabras fueron cortadas con el golpe, dejando ir un quejido de dolor, aunque después continuó por informarle que el experimento sería probado en el aeropuerto.

En el último episodio apareció de nuevo justo cuando un experimento despertó su poder en medio del campo de batalla, la pelea de humanos contra vampiros parada momentáneamente por ella. El poder de su despertar hizo volar objetos y personas por igual, entre ellas Mikaela. Krul lo agarró en el aire, viendo el despertar del experimento con asombro odioso, viendo lo que habían creado los humanos. Una vez se aseguró Mikaela se estaba recuperado de la pelea contra los humanos anterior al despertar del experimento, le advirtió que tenían que capturar a Yuuichiro para asegurarse que los humanos no tuvieran tal poder en sus manos. Era fácil de ver por qué. Mikaela no lo pensó mucho, aceptando la tarea y corriendo preparado para hacer justamente eso, pero Krul le paró antes de que pudiera ir muy lejos, dándose cuenta de un ataque enemigo. Le agarró fuerte del brazo, empujándolo detrás suya justo cuando apareció Crowley. Le intentó atacar con la espada, pero Krul le esquivó y le golpeó el brazo, cortándolo y haciendo que volara por los aires. Crowley volvió a intentar atacar, pero ella rápidamente lo paró, subiéndose a su espalda y rompiéndole el cuello. Sin embargo, no se dio cuenta que todo eso había sido una trampa. Cuando Crowley cayó al suelo, ella dió un salto ligero hacia atrás, y justo en ese momento saltó Ferid. No tuvo tiempo de reaccionar. Ferid apareció por la espalda y le agarró la muñeca izquierda y el antebrazo derecho, mordiéndole el cuello y bebiendo. Intentó forcejear inútilmente, pero Ferid dejó de agarrarle el antebrazo y le abrazó por la cintura, manteniéndola cerca. Krul llamó a Mikaela para que se retirara, no durando mucho más antes de desmayarse. Ferid entonces la soltó, dejándola caer al suelo como una muñeca de trapo usada.

Novela Ligera[]

Guren Ichinose: Catástrofe a los 16[]

Novela Ligera[]

Guren Ichinose: Catástrofe a los 16[]

La presencia de Krul en la novela y versión gráfica de esta es bastante escasa, siendo una de sus pocas apariciones en el capítulo 33. En este aparece para hablar con Mahiru, quien ha sido capturada, llamándole la atención por su apariencia relajada a pesar de su situación. Su segunda y última aparición es en el capítulo 37, donde en un recuerdo de Mahiru se explica como la anterior conversación continuó y eventualmente llevó a un acuerdo entre ambas.

Manga[]

Pasado[]

¡AVISO!

¡Este artículo contiene spoilers de TODA la obra!.

Hace muchos años, antes de que Krul fuera siquiera una vampira, Shika ya se había instalado en la antigua Grecia. En una oscura noche tranquila, ella y su hermano dormían juntos en un gran cuarto, compartiendo una cama grande entre los dos. Krul le comentó que había escuchado algo aterrador, y Ashera intentó ignorarla, pues sabía bien que si hablaba de cosas de terror antes de dormir, su hermana no sería capaz de pegar ojo. Krul lo ignoró, pues igual no podía dormir, y le contó que había un monstruo viviendo al otro lado de la montaña, algo que Ashera no se creyó. Krul insistió que era cierto, pues se lo había escuchado decir a un político amigo de la familia, pero Ashera se negaba a creer tal cosa. Krul insistió en la realidad de tal monstruo, apresurando a Ashera para que se cambiara y huyeran, pero Ashera dijo que lo hiciera sola, algo que ella se negó pues tenía miedo.

Krul no dejó ir el tema, muy para la irritación de Ashera que quería dormir. Krul le preguntó qué haría si el monstruo se la llevara, algo que Ashera insistió que no era posible pues tal cosa no existía. Pero Krul dijo que lo pensara de forma hipotética, queriendo oír su respuesta. Ashera le acarició la cabeza, diciendo que si eso llegara a pasar, pelearía contra el monstruo y la salvaría, por lo que no tenía que preocuparse por nada. Krul aceptó esas palabras, bromeando que aún así Ashera tardaría, algo que él insistió no sería cierto.

Tiempo después, incierto de la exactitud, ambos hermanos se encontraban en el campo de al lado de su hogar. Bajo el sol, Ashera lo contemplaba fijamente. De pronto llegó Krul, pues su madre le había dicho de buscar a su hermano. Ashera, demasiado enfocado en el sol, no le respondió. Krul insistió, llamando a su hermano de nuevo y cuestionando lo que estaba haciendo, a lo que él solo respondió que observaba el sol. Curiosa, Krul lo miró también. Comentó que su madre le había dicho que si lo mirabas directamente te podrían desaparecer los ojos. Ashera lo ignoró, pues le gustaba hacerlo, muy para el aburrimiento de Krul. Ésta se sentó esperando a que su hermano terminara con su actividad, escuchando las palabras de halago que tenía hacia el sol. Después de un rato, Ashera le preguntó para que le había ido a buscar su madre, y Krul le informó que era la hora de comer. Él negó tener hambre, pero Krul insistió, pues no quería comer sin su hermano, y fueron palabras explicitas de su madre. Recordando cómo ésta le dijo que era importante apreciar la comida, pues si no lo hacías, por mucho dinero que tuvieras acabarías sin. Ashera finalmente aceptó, agarrando la mano de Krul.

Cuando iban a volver a casa, un fuerte sonido les paró. Desde la distancia veían su hogar arder. Se acercaron para ver lo que pasaba, encontrándose con un mar de hombres furiosos por el trato que habían tenido los nobles con ellos, deseándoles la muerte a todos. Su madre los vio y les dijo que se fueran, pero no tuvo oportunidad de hablar más, pues la mataron delante de ellos. Ashera intentó huir con Krul, pero un hombre la agarró antes de que pudieran ir muy lejos. Ashera intentó ayudarla, pero un montón más de hombres empezaron a golpearlo, gritándole por atreverse a nacer en una casa noble. A punto de matarlo, pararon, decidiendo vender a los niños a la esclavitud para pagar el gran pecado de nacer ricos.

Krul fue vendida antes que Ashera, separándolos. Mientras él se quedó ahí, e incluso después de ser comprado, pensaba en ella a cada momento. Ella fue comprada por una noble, con deseo de ser siempre joven, solía comprar niños y secarlos por completo, para usar la sangre joven como remedio ante sus arrugas. Cuando Ashera llegó al palacio en busca suya, al menos seis otros niños habían sido ya usados. Ella estaba en proceso. Colgada de las muñecas desde el techo, era apuñalada por diversas dagas largas, sus ojos completamente ciegos. Seguía viva, goteando la sangre poco a poco directamente a un plato. La señora noble gritó al ver a Ashera, y éste la mató de inmediato. Agarró a Krul en brazos y salió corriendo de ese sitio, sin saber muy bien qué hacer. Krul le habló con voz débil, preguntando si realmente era su hermano ahí presente con ella y no una simple alucinación. Ashera entró en pánico, pidiendo que por favor dejara de hablar, pero ella le ignoró, diciendo qué feliz estaba de que hubiera cumplido su promesa incluso si no le podía ver. Las palabras preocupadas de Ashera cayeron a oídos sordos, Krul solo continuó hablando de qué tan feliz era de por lo menos soñar una última vez con su hermano salvándole. Su muerte no duró mucho, puesto que poco después apareció Shika y éste la convertió en vampiro, haciendo que soltara un gran grito del apresurado y doloroso cambio físico.

Poco después, los hermanos se encontraban en un campo, con Ashera sentado en el césped y Krul con la cabeza descansando en su regazo, feliz mientras su hermano le acariciaba. Éste se veía preocupado, disculpándose con ella. Krul le preguntó de qué se disculpaba, confundida, a lo que él respondió que fue su culpa que pasara todo eso. Ella negó que eso fuera así, proclamando que estaba feliz mientras estuviera con él. Ashera aún así no se veía muy seguro, pues realmente no sabían cuánto tiempo más tendrían que vivir así. Krul insistió que no le importaba mientras lo tuviera con ella, algo que a pesar de que Ashera no se veía demasiado seguro aún, aceptó.

Tiempo después, Krul conoció a Noya, quien le llevó junto con su hermano a un lugar prohibido por Shika: la sala donde dormía Mikaela. Noya comentó que ellos se suponía tendrían que haberse convertido en él, pero no lo lograron. Krul se veía un poco incómoda ahí, siendo sorprendidos por Yuu. Curioso, preguntó qué estaban haciendo, a lo que Noya respondió burlón y Krul le llamó la atención por ello. Intentó hablar con Yuu para que mantuviera el secreto, pero éste apenas sabía lo que eso significaba, por lo que realmente no parecía que pudieran salir de ese problema. Noya simplemente enseñó a Yuu Mikaela. Ashera y Krul intentaron pararlo, pero Noya decapitó a Yuu con un movimiento rápido, el cadáver rápidamente desvaneciéndose en humo. Krul y su hermano le reclamaron por qué había hecho tal cosa, pero éste no le dio mucha importancia, ya que Yuu era simplemente una copia de miles, y ya que nadie tendría que saber que estaban ahí…

Las vidas que hicieron una vez juntos de nuevo eran felices, y el origen de muchas de sus memorias. Siempre recordando cómo solían caminar por el campo mano en mano mientras sonreían. Sin embargo, esa felicidad no tardó en ser cortada. Ashera se volvió muy cercano a Shika, tanto que Krul no se fiaba nada de él y le resentía. Aún así, cuando éste decidió separarlos, Krul le rogó que no lo hiciera, pero ninguno le hizo caso. Shika le prometió grandes cosas como demonio, y Ashera se las creyó todas, ignorando las suplicas de su hermana, sus gritos y sus lágrimas. Así, fue la última vez que se vieron, mil años antes del año actual en la obra.

Primer Arco; Segundo Año de la Academia Shibuya[]

Krul tuvo su primera aparición en el manga, así como en el anime, fue en el primer capítulo. Se presentó en un recuerdo de los huérfanos de cómo vivieron ellos la Catástrofe, apareciendo entre las llamas de la ciudad destrozada seguida de su ejército de vampiros. Se le mostró de cara, sonriendo mientras anunciaba la desastrosa realidad que se estaba viviendo. Proclamó que debido a todo eso, tomaría los menores supervivientes de la zona bajo su mando en Sanguinem, dejándolos ahí como ganado que cuidar. Fuera de cámaras se llevaron a los niños, entre ellos los huérfanos del orfanato Hyakuya, dejándolos en una casa para todos.

No se la volvió a ver hasta el capítulo cinco, llegando a la salida de Sanguinem donde se encontró con sus subordinados. Éstos estaban cuidando de una extraña escena sangrienta, decorando el suelo con sangre y cadáveres de varios niños y un noble vampiro. Krul lo reconoció como Ferid y le llamó a que se levantara y explicara lo que había pasado, sabiendo de sobra que éste no sólo estaba haciéndose el muerto, sino que también lo había planeado. Algo de lo que ella no estaba muy feliz. Ferid se levantó divertido, intentando hacer broma y burla de la situación. Krul le siguió la broma por un rato, pero la discusión rápidamente se puso seria. Ferid le reclamó que ella era la que debía explicarse, puesto que los niños, experimentos de serafín, eran algo ilegal que tendrían que haber sido asesinados hacía tiempo. Él reconoció esto, y el hecho de que ella también era consciente y no solo no había hecho nada, los intentaba proteger. Ella no responde hasta que Ferid la amenazó.

En vez de contestar con palabras, le intentó agarrar la cabeza, algo que aún si bien rápido, Ferid logró escapar por poco. Krul aprovechó que el ataque lo había dejado sorprendido y le dio una patada en el abdomen. Tras unos golpes más que Ferid no pudo esquivar, uno de ellos le cortó el brazo y le hizo acabar en el suelo, aplastando contra el suelo con su pie en el pecho. Hablaron un poco más, entre más amenazas y mentiras dulces, Krul le dejó irse, advirtiéndole que dejara de meterse en sus asuntos privados o no acabaría bien. Una vez se fue, su atención volvió al joven rubio del suelo, Mikaela, al borde de la muerte.

Por la gran pérdida de sangre debido al brazo cortado, estaba demasiado débil para prestar demasiada atención a las palabras de Krul. Esta le intentó hablar de la inmortalidad y de seguir viviendo, algo que él rechazó. Ante eso, decidió tomarse la supervivencia de Mikaela por su propia mano si él no quería colaborar. Se mordió el labio inferior hasta sangrar, haciendo que un hilo de sangre goteara de sus labios hasta la barbilla. Con unas palabras más explicándole qué pasaría una vez bebiera su sangre, Krul lo agarró de la barbilla y lo besó, haciéndole beber de su sangre. Mikaela soltó un grito, empezando a llorar por los cambios inmediatos en su cuerpo.

A pesar de que no se mostró hasta el capítulo once, técnicamente no formando parte de este arco, cronológicamente pasó relativamente poco después de convertir a Mikaela, por lo que se describirá lo transcurrido aquí. Como ya mencionado, esto ocurrió poco después de la transformación de Mikaela. Éste miraba el cadáver en frente de él con un ligero sonrojo y hambriento. Estaba sentado en el suelo, al final de las escaleras que llevaban al trono de Krul, quien miraba divertida desde arriba. Ella le explicó que si no comía, moriría, pero que si comía, se convertiría totalmente en un vampiro. Mikaela se negó en rotundo, muy para la diversión de Krul. Con palabras divertidas sobre la condición de Mikaela, caminó hacia él y le acarició el labio con el pulgar. Mikaela le apartó la mano con un golpe, gritando que se callara, aunque esto no afectó demasiado a Krul. Ésta le insistió un poco más, recalcando la importancia de alimentarse, pero Mikaela se negaba a escuchar o aceptarlo. Ante tanta negación, Krul al final optó por herirse la muñeca, ofreciéndole su sangre. Mikaela no pudo resistir mucho más, saltando a ella, agarrando su brazo con fuerza mientras bebía de la herida. Krul solo rió, dejando que bebiera cuanto quería, abrazandolo.

Otro capítulo que es mucho más avanzado que el de este arco pero muestran cosas que pasaron cronológicamente aquí es el noventa y seis. El recuerdo empezó con Krul dándole una bofetada a Mikaela, que lo hace retroceder y caer al suelo junto con su espada de madera. Se levantó como pudo del suelo, y Krul notó cómo a pesar de cuántos golpes le diera, éste no cedía. Ésta le comentó que si quería parar, lo dijera, pero él negó que fuera el caso. Mikaela no habló más, pero Krul sabía lo que estaba pensando, viendo cómo se ponía en pie de nuevo en pose de ataque con su espada de madera. Quería salvar a Yuuichiro, quería entrenar, más y más, para ser capaz de salvarlo. Entonces habló, pidiendo a Krul que por favor siguieran entrenando.

El principio del quinto capítulo fue un recuerdo de Mikaela, pensando en todo lo que había pasado hacía siete años mientras se encaminaba a una reunión de Sanguinem. Los vampiros se reunieron en un gran auditorio, en donde alguien en el escenario les explicó la situación actual con los humanos en la superficie. Explicó cómo los humanos estaban matando vampiros, y cómo un grupo de supervivientes llamado el Ejército Demonio Imperial Japonés estaban experimentando aún, los mismos experimentos que causaron la catástrofe años atrás. Krul, mirando todo desde su trono en la parte superior del escenario, paró a la vampira. Debido a toda esa información, Krul informó que declaraba la guerra a los humanos, una decisión que todos los vampiros aclamaron y aplaudieron.

Tercer Arco; Post-Shinjuku[]

Si bien apareció en un capítulo en el segundo arco, toda su aparición fue un recuerdo que cronológicamente pasó en el primero. No volvió a aparecer hasta el tercer arco, en el último capítulo de éste, el capítulo veintidós. Aunque esto se contó más adelante en el capítulo, cronológicamente, pasó antes. Krul se encontraba en una reunión del Consejo de Progenitores, acompañada por Ferid y Mikaela. Sentada en su trono, mientras Mikaela esperaba en silencio a un lado y Ferid en el centro de la sala con una sonrisa divertida. Éste estaba dando su informe de la batalla de Shinjuku, aunque parecía que los demás presentes se estaban cansando de su falta de dirección o seriedad en su discurso. Uno le gritó que fuera finalmente al grano, y Ferid felizmente informó que ya había hecho un informe completo y detallado a papel para que todos pudieran verlo. Sin embargo, también vocalizó un pequeño resumen que fueron puras malas palabras al enemigo. Informó también, que los humanos habían usado un serafín del final, para sorpresa de todos. Un vampiro comentó cómo Krul había supuestamente terminado con la secta que los creaba en Japón hacía ocho años, y ella confirmó haberlo hecho y no tener ni idea de dónde habían sacado al nuevo. Para la horrorosa sorpresa de Mikaela.

Ferid comentó que podría haber sido otra organización totalmente separada a la del clan Hyakuya, recordando de uno en Europa que había surgido de la nada. Sin embargo, Lest intervino y le interrumpió, recordando que él ya los había matado a todos. También añadió que Krul no parecía muy capaz para su posición, algo que claramente le ofendió y le hizo responder de forma agresiva al contrario. La pelea se acabó cuando otro vampiro les pidió calma, racionalizando que si Krul decía que había matado a la secta lo había hecho y que era simplemente una nueva facción de humanos que se habían hecho con ese conocimiento de alguna forma. Krul aseguró nuevamente que los había matado y haría lo mismo con esos humanos que habían retomado los experimentos, aunque sus palabras fueron bien recibidas, fuero ligeramente ignoradas ante la curiosidad de Mikaela en la reunión. Krul se asustó ante la mención de Mikaela por el consejo, aunque Ferid lo excusó presentándolo como su sirviente. Eso fue algo que tampoco gustó demasiado a los progenitores presentes, pues normalmente ni se permitían a progenitores menores del sexto. Sin embargo alguien los calló a todos, recordando que Ferid siempre había sido igual de excéntrico.

Dando la reunión por terminada, se colgó la llamada y Krul inmediatamente se dirigió hacia Ferid, para nada contenta. Le reclamó por haber traído a Mikaela a la reunión, acusándolo de querer meterla en problemas. Ferid se rió en respuesta, negando que ese fuera el caso. Krul dio un puñetazo dirigido a Ferid, rompiendo parte del suelo. Éste se escondió detrás de un inmobil y aparentemente aburrido Mikaela, comentando que aún si ese fuera el caso, ya no podía hacerle nada. Después de enseñar el vídeo al consejo de la transformación del serafín, comentando cómo era que seguían habiendo serafines por ahí, sí entonces Ferid moría sería demasiado aparente que Krul intentaba ocultar algo. Ella no responde mientras él sigue hablando solo con aires de grandeza, finalmente se fue y dejó a Mikaela solo con Krul.  Él no dijo nada en ningún momento.

Apareció de pie frente a su trono, con una herida goteando de la muñeca, llenando así poco a poco un tubo de ensayo. Sonrió al ver a Mikaela, saludándolo dulcemente. Sin embargo, Mikaela estaba demasiado hambriento para prestar atención a nada de lo que dijo, ignorándola y agarrándola de las muñecas para poder levantarla y beber de su cuello. Krul tardó en responder, sonrojándose ligeramente al igual que Mikaela cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Lo abrazó por el cuello, pero no duró mucho. Mikaela salió rápido de su trance y la empujó lejos, disculpándose, aunque no parecía que Krul le importara mucho. Mikaela, algo avergonzado, le pidió por más tubos de ensayo de su sangre, para poder comer sin tener que depender de la sangre humana y convertirse totalmente en un vampiro. Ella no respondió directamente, preguntando por la misión en el territorio humano de Shinjuku. Mikaela no respondió a eso tampoco, pidiéndole explicaciones a ella por lo que escuchó hacía días en la reunión del Consejo de Progenitores.

Mikaela repasó los puntos que sabía. Los niños en el orfanato eran conejillos de indias, víctimas de una secta de la cual Krul les rescató, pero que en verdad tenía órdenes de matarlos y por alguna razón no lo hizo, algo que hacía peligrar su posición. Mikaela le reclamó que se explicara, pues no tenía sentido que desafiara al consejo solo para salvar a unos huérfanos. Krul no respondió, simplemente evadiendo la pregunta, lo que hizo que Mikaela le gritara. Fue hacia ella e intentó tocarla, pero Krul le agarró la mano antes que pudiera hacer nada, muy para su sorpresa. No tardó mucho en darse cuenta de qué pasaba cuando Krul empezó a apretarle la mano, haciendo sucumbir a Mikaela a sus rodillas aunque ella no se viera para nada afectada de la fuerza empleada, tan fuerte que estaba haciendo sangrar la mano de Mikaela debido a sus uñas. Krul le recordó que no podía desafiarla por la información que le brindaba, además de la comida, y que no podría hacer nada sin ella, mucho menos proteger a Yuuichiro. Mikaela aún se veía confundido de porqué estaba haciendo todo eso, así que ella se agachó y le susurró al oído su objetivo. Algo que no se permite a la audiencia escuchar, pero que sorprendió a Mikaela. Krul confirmó que parecía imposible, y le dio una misión: hacer todo lo posible para llegar hasta Yuuichiro y tomarlo de los humanos.

Cuarto Arco; Nagoya[]

No tuvo más apariciones hasta el capítulo cuarenta, en el penúltimo capítulo del arco. Se le vió en medio de la batalla, rodeada de un ejército de vampiros listos para pelear con los humanos para el experimento del serafín. No hizo más que observar cuando el experimento comenzó, mirando cómo el serafín contaba los pecados de la humanidad. Mientras todo el caos pasaba, se encontró con Mikaela, quien llevaba a Yuuichiro en sus brazos listo para escapar con él. La discusión siguió en el siguiente capítulo, el cuarenta y uno, ya que Yuuichiro insistió de querer ayudar a sus amigos aún en batalla. Despertó nuevamente su serafín, ante los ojos de Mikaela y Krul. Mikaela le quería ayudar y buscó el apoyo de Krul, pero ésta no estaba muy segura de ello debido a lo peligroso que sería ayudar entonces. Una vez las cosas se calmaron, Krul ordenó a Mikaela a ir tras Yuuichiro, y éste aceptó de inmediato, aún algo confundido. Cuando se giró para confirmarlo a Krul, se dio cuenta del ataque sorpresa de Crowley por la espalda. Éste le intentó dar con la espalda, pero ella lo vio rápido y le cortó el brazo sin esfuerzo. Sin embargo, no se dio cuenta que detrás suyo apareció Ferid, pues eso había sido una distracción. No le dio tiempo antes de que Ferid le agarrara y le mordiera, intentó hablar con él pero fue ignorada. Le comunicó como pudo a Mikaela que huyera, cayendo al suelo una vez Ferid le soltó. Fue entonces mostrada como trofeo hacia los demás vampiros por Ferid, revelando que Krul les había traicionado.

Quinto Arco; Post-Nagoya[]

Volvió a aparecer en el siguiente capítulo, el cuarenta y dos. Estaba inconsciente, atada a su trono con cuerdas, en una llamada al consejo. Hubo un poco de confusión por un momento, hasta que finalmente apareció Ferid para informar de lo ocurrido. Con Crowley y las dos de sus sirvientas presentes, Chess y Horn, explicó ante el Consejo de Progenitores ahí presente en la llamada la traición de Krul que no solo había perdonado la vida de los serafines, sino que también había causado que los humanos destruyeron las ciudades vampiras y redujeron el nombre de vampiros de Japón, muy para la sorpresa de todos. Los progenitores al principio no lo creyeron, pero no tomó mucho antes de que dos vampiros fueran corriendo a informar a Ferid de la entrada de humanos en Sanguinem.

En el arco solo tuvo otra aparición más, saliendo momentáneamente en el capítulo cuarenta y tres. Mikaela simplemente pensó en ella como posible aliado, comentando su relación con ella de forma resumida y lo que le había ayudado.

Sexto Arco; Osaka[]

No se supo nada más de ella hasta el capítulo cuarenta y nueve. Krul despertó en la mansión de Ferid, localizada en la bahía de Osaka. Estaba atrapada, atravesada en una pared, solo su torso, cuello y cabeza salían de la pared, el resto del cuerpo atrapado en la otra parte incapaz de moverse. El techo estaba decorado con cadáveres que sangraban, goteando gota tras gota a través de cadenas hasta caer al suelo. Eso era una tortura para ella, ya que estaba hambrienta y eso solo lo hacía peor, recordando la muy solida posibilidad de convertirse en demonio si moría de hambre. Gritó a Ferid que diera la cara para hablar, pero éste no estaba en casa y no fue respondida. Negándose a su situación, empezó a beber como pudo de las gotas que caían del techo, conformándose con lo mínimo que pudiera conseguir. Rigr entonces le llamó la atención comentando lo patética que se veía, habiendo entrado en la sala sin que ella se diera cuenta. No lo reconoció al principio, comentando que hacía mil años que no se veían.

Hablaron un rato de la naturaleza de su emprisionamiento, cuestionando si había sido él quien había ordenado a Ferid que la capturara, muy para su sorpresa. Saito se burla un poco que Ferid pudiera ganarla, comentando que hacía tiempo que no hablaba con él ni lo veía, y que tenía una casa muy bonita. Harta de su actitud, Krul le gritó que dejara de evadir las preguntas. Saito comentó que no tenía contacto alguno con Ferid desde hacía años, así como el primer progenitor no lo tenía con ninguno de ellos. Habiendo abandonado a Ferid de forma parecida a como lo hizo él con ellos hacía tantos años atrás. Krul ignora ese comentario, insistiendo con su relación con Ferid, algo que él nuevamente niega en rotundo. Krul decide cambiar de pregunta, comentando que Saito había dicho que venían más personas hacia ahí, revelando que eran Lest y Urd, enviados para castigarla por sus crimenes, dejándola sorprendida. Aunque Rigr no está muy seguro de la razón de tal viaje con personajes tan importantes, dudando que fuera realmente por Krul sino por Ferid.

En el capítulo cincuenta, aún con Rigr en su prisión, ambos escucharon la conmoción de afuera de la mansión, dándose cuenta de la cercanía de éstos a ellos. Rigr comentó que Krul estaba sangrando de una herida que no se estaba curando. Apartó su cabello ligeramente, mostrando un corte en el cuello que tenía una droga especial. Él chupó la herida, haciendo sonrojar a Krul, pero quitando la droga y permitiendo que la herida finalmente se curara por completo y dejara de sangrar. Rigr entonces comenta que Urd ya había sentido que estaba ahí, notando que la trampa no había sido para Krul sino para él. Krul le rogó que le llevara con él, interrumpidos por la súbita entrada de Urd a la habitación, yendo a atacar a Rigr directamente. Continuaron peleando por un rato, hablando de su enfado con el otro mientras Krul observaba inmovil desde la pared. Siguen peleando, y uno de los ataques de Rigr libera a Krul de la pared y la lanzó hacia Urd, a lo que éste la apartó con un manotazo. Rigr se escapa ante los ojos de Urd y Lest, mientras que Krul se intenta recuperar sentada en el suelo.

A pesar de la pelea, no se escapó del castigo. En el capítulo siguiente, el cincuenta y uno, sale siendo arrastrada por Urd, agarrándola por el cuello. Krul vio a Mikaela en el autobús, compartiendo una mirada, pero rápidamente mirando hacia otro lugar y haciendo ver que no se conocían. Ante la mirada de los vampiros ahí presentes, Urd la levantó por el cuello, proclamando que habían capturado a ambos traidores (ella y Ferid), muy para la sorpresa de Krul, para después tirarla al suelo junto con Ferid. Escuchó atenta mientras se discutieron los arreglos y condiciones de su tortura conjunta: Exposición al sol, supervisada por el quinto progenitor Ky Luc. Urd anunció que una vez terminara la tortura, si no tenían nada interesante que decir, serían asesinados.

Así, fueron atados a unas cruces de madera, puestos bastante altos del suelo. Uno al lado del otro, Krul le preguntó a Ferid por algún plan de escape, a lo que él admitió felizmente no tener ninguno, recibiendo un insulto por parte de ella. Sin embargo, Ferid le intentó tranquilizar comentando que ahora tenía amigos que le irían a rescatar, aunque ella no le creyó al principio, rápidamente vio a quienes se referían cuando vio a Yuuichiro con los demás humanos. No tuvieron mucho más tiempo para hablar, siendo quemados en ese instante, empezando así su tortura por traidores. Aparecieron también mientras eran aún torturados en el capítulo cincuenta y dos, al principio y al final del capítulo para contar los días de tortura y presentar al que los observaba a los demás personajes.

Nuevamente salió solo como una figura calcinada en el capítulo sesenta y uno, a pesar de que ya habían salvado a Ferid tardaron un poco más en salvarla a ella. Con Ferid liberado, Ky tomó a Krul y se la llevó aún quemándose y crucificada en su coche para llevarla a otro sitio y que no fuera puesta en libertad. Intentó forcejear inútilmente, algo que recalcó Ky, pero ella lo ignoró. La sensación de haber sentido a su hermano cercano a ella aún en su mente, comentando cómo Mahiru había mantenido su trato.

Se la vió por última vez en el último capítulo del arco, el sesenta y ocho. Se presentó en el capítulo con un vestido harapiento, de pie en una prisión encadenada por las muñecas. Urd notó la desaparición de jinetes cercanos y le llamó la atención de ello, preguntándole si ella tenía algo que ver, algo que ella negó. Urd le comentó que no tenía por qué creer a una traidora, pero ella rebatió que no era tal cosa. Él le recalcó que había permitido que el serafín del final siguiera vivo y libre, a lo que Krul rebatió que si lo hubiera matado o no no habría cambiado nada, pues los humanos simplemente habrían buscado otras formas de atacar o crear más. Comentó que las reglas eran estúpidas al fin y al cabo, ya que no solo había durado milenios sin cambiarse, sino que quien las hizo fue la misma persona que los abandonó a su suerte años atrás. Lest le calló con un puñetazo, comentando que estaba siendo demasiado molesta. Ky comentó que independientemente de todo lo demás, Krul tenía razón en que los humanos habrían seguido creciendo aún si hubiera matado a los experimentos. Lest intentó advertirle, pues sonaba que estaba del lado de la traidora, pero él negó eso, enfocando sus palabras en el hecho de que era molesto que los humanos parecieran siempre un paso por delante, comentando que tenían que tener a alguien importante manejando todo.

No les tomó mucho tiempo darse cuenta de las implicaciones de las palabras de Ky. Rigr estaba con los humanos y ayudándoles para atacar contra los vampiros. Ky comentó que Rigr era libre de hacer lo que quisiera y como quisiera, algo que ellos no podían. Aunque Urd no parecía aún demasiado feliz con el prospecto de cambiar las reglas que llevaban siguiendo por milenios Krul insistió que quien las creó ni siqueira existía ya, habiéndose ido con su hermano para nunca ser vistos de nuevo. Urd entonces se dio cuenta que el objetivo de Krul era el recuperar a su hermano, a lo que Lest se rió pues llevaba milenios desaparecido. Ky finalmente liberó a Krul  de sus cadenas, ya que veía necesario movilizarse cuanto antes si querían tener alguna oportunidad contra Rigr, queriendo saber todo lo que había pasado y planeado Krul hasta el momento. Finalmente, ésta prometió compartir la información con la promesa de ignorar las reglas impuestas por el primer progenitor.

Séptimo Arco; Shibuya[]

Apareció en el siguiente capítulo y primero del arco, el sesenta y nueve. Aunque gran parte de su aparición fue el recuerdo de su pasado junto a su hermano, su aparición en la actualidad de la historia del manga fue breve. Ky le condució hasta Sanguinem, los restos de la ciudad abandonada por la matanza capítulos atrás. Se presentó acabando de vestirse, siendo interrumpida por un suave golpe en la puerta por Ky. Éste le felicitó por haber sido capaz de recuperarse y ser puesta en libertad, comentando que había sido gracias a él, a lo que Krul le comentó que no esperara agradecimientos de su parte. Él complació cuando ella le dijo que le agradeciera que no lo mató, y éste le dio un anillo protector de sol para que ya no se quemara al verlo. Ella obedeció y se lo puso, aprovechando su soledad en el lugar para pensar en cómo llegó hasta ahí.

No se la volvió a ver hasta capítulos más tarde, en el setenta y seis. Aún en Osaka con Urd y Lest, estaban volando en helicóptero, notando que el primer progenitor había vuelto. Krul no dijo nada, igual de sorprendida que los demás. Mientras Lest y Ky discutían el peligro de ir, siendo que parecía una trampa, Urd oyó otra cosa y les calló. Se dio cuenta entonces que les estaban atacando con misiles. Pudo derribar algunos, pero ya era consciente que no todos. Ky salió a ayudarlo a intentar minimizar los daños, mientras los demás salieron por su cuenta.

Salió mencionada por Ashera, recordando su pasado, en el capítulo setenta y ocho y setenta y nuevo, aunque en este último tuvo más actividad fuera del recuerdo. Reconociendo dónde podía estar Ashera, corrió hacia allí a mitad de la noche, habiendo escapado del ataque a los helicópteros sin daño alguno. Aún corría en el capítulo ochenta y dos, ochenta y cinco (aunque en éste también hubo un recuerdo de su pasado, además de una pequeña mención que tuvo en el ochenta y ocho como pequeño recuerdo de Mikaela, pero no apareció hasta el capítulo ochenta y nueve, finalmente llegando a la batalla. Se encontró con Yuuichiro llorando por un moribundo Mikaela en sus brazos, pero ella ignoró eso para centrarse en su hermano, a quien sentía tan cerca pues lo portaba Yuuichiro, finalizando así con su aparición en el arco.

Octavo Arco; Post-Shibuya[]

Su primera aparición en este arco fue en el capítulo noventa y cuatro, siendo presente para la muerte de Mikaela. Krul intentó parar a Yuuichiro y sacarlo de ahí, pues al fin y al cabo compartía el mismo cuerpo que su hermano y ella quería salvarlo, pero éste se negó. Krul se sorprendió ante ello, intentando llamar la atención de hermano, temiendo que éste le había olvidado. Intentó llevarse a Yuuichiro cuando vio la transformación de Mikaela avanzar poco a poco, pero éste no le escuchó, insistiendo en quedarse con él. Krul le gritó que si se quedaba ahí moriría, y con él muerto, no habría forma de traer a Mikaela, sorprendiendo a Yuuichiro. Krul intentó hacerle entender que Mikaela podía ser devuelto a él una vez convertido en demonio, algo que Yuuichiro le costó entender, pero una vez prometido que Mikaela no moriría permanentemente prometió escuchar y hacer todo lo que le dijera Krul. Ésta simplemente lo agarró por el cuello y corrió con él. Sin embargo, no llegó muy lejos, pues había unos gritos inmensos parecía solo ella escuchaba y no le permitían seguir caminando por el dolor. Yuuichiro entonces se dio cuenta que era la hermana de su demonio, por lo que decidió hablar con él para que le poseyera y pudiera hablar con ella.

Éste le agarró en brazos y la llevó lejos de ahí, para tener la máxima distancia posible y mantenerla segura. Escapando, vio a los demás humanos del grupo de Yuuichiro, y éste volvió a tomar mano de su cuerpo. Viéndolos, Yuuichiro dejó a Krul en el suelo, sintiéndose ya a salvo. Ésta no estaba muy convencida, pero Ashera le calmó y le dijo que confiara. Los humanos la dejaron inconsciente al verla al saber que era la reina, a juzgar por lo que se dice en capítulos futuros.

En el capítulo noventa y cinco apareció dormida en los brazos de Yoichi, que la dejó descansar en una cama en el apartamento en el que se habían escondido, uno de los muchos abandonados que habían por la ciudad. Sigue inconsciente por un rato más, pero se despertó antes de terminar el capítulo. Krul despertó algo confusa sin saber dónde estaba, pero rápidamente dejó eso a un lado para buscar a su hermano. Sin embargo, nada más salir de la habitación, se encontró con Yoichi borracho vomitando en una papelera de la sala, muy para su confusión, con Shinoa y Mitsuba a un lado tiradas en el suelo en pose fetal. Éstas, sonrojadas, se levantaron al ver a Krul ahí, listas para saltar sobre ella.

Esta extraña pelea por tocarle los pechos continuó en el capítulo noventa y seis, donde al intentar agarrarla Krul saltó fuera de su alcance, claramente indignada. Agarró a Shinoa de la boca y a Mitsuba de la garganta, enfadada con su actitud. Aunque no pudo decir más, siendo vomitada encima por ellas. Inmediatamente gritó y saltó por la ventana lejos de ellas y el piso. Se duchó y cambió, presumiblemente en otro apartamento abandonado que contara con luz y ropa abandonada, y volvió. Se encontró entonces a Kimizuki y Yuuichiro, regañándoles por haber salido a pelear cuando había tanta gente buscándolos, a lo que Yuuichiro comentó que ella acababa de salir también. Ambos chicos le preguntaron porqué se había cambiado y porqué estaba mojada, pero ella no respondió.

Krul comentó cómo los niños eran muy molestos y no los aguantaba, a lo que Yuuichiro respondió que ella parecía más una niña que él, por las claras diferencias físicas. Ella rió, comentando que era mucho más vieja que él, pero él solo pensó que Krul tenía alrededor de tres años, algo que la indignó. Kimizuki le regañó por meterse con alguien tan poderosa, pero Yuuichiro no hizo mucho caso, pues si Krul quisiera hacerles daño, ya lo habría hecho, lo que la hizo sonreír. Sin embargo, cuando Yuuichiro continuó, diciendo que ella no les atacaría porque eran amigos, su sonrisa murió, confundida. Yuuichiro ignoró su pregunta, comentando que Krul había sido quien ayudó a Mikaela en el reino vampiro, además de que siendo la hermana pequeña de su demonio, eso la hacía mucho más cercana a ellos, pues a él lo contaba como parte de su familia. Krul finalmente llamó la atención de ambos, corrigiendo el nombre demonio de su hermano por el real, Ashera Tepes, que Yuuichiro intentó pronunciar sin mucho resultado, muy para la irritación de Krul. Kimizuki intervino, comentando que Yuuichiro era simplemente estúpido, pero Krul respondió señalando a los otros tres borrachos humanos en la sala, diciendo que más bien lo eran todos. Kimizuki intentó explicarlo, pero ella lo ignoró, rompiendo la pared para ir a otra habitación pues esa apestaba a vomito.

Más tarde, ya todos más presentables de vestimenta y mentalmente, Krul se sentó en un sofá en frente de ellos para hablar. Yuuichiro empezó la conversación, comentando cómo Krul le había dicho que podrían revivir a Mikaela, pero ella le paró, pues no le gustaba su falta de modale. Krul pensó en su crianza con Mikaela, pensando en cómo si ella los hubiera criado, no habrían crecido para ser tan despreocupados y maleducados. Recordó momentáneamente cómo le entrenó, seguido de su muerte. Krul cortó la conversación, diciéndole a Yuuichiro que si de verdad quería de su ayuda para salvar a Mikaela que lo pidiera propiamente, pues interiormente ella no pensaba que fuera justo que le diera tal ayuda fácilmente cuando Mikaela sufrió tanto para poder ayudarlo a él. Yuuichiro sin pensarlo se puso de rodillas y le suplicó por su ayuda, bajo la sorprendida mirada de los demás humanos. Krul lo miró sin demasiado sentimiento, no sorprendida que Yuuichiro fuera igual de desesperado por la protección de Mikaela como éste lo era por la de Yuuichiro, preguntándose si esa era la razón por la que Ashera había decidido poseerlo.

Aceptó entonces ayudar a recuperar a Mikaela, alegrando a Yuuichiro que irritó a Krul, mandando a callar. Entonces preguntó a los demás humanos qué sabían de la situación en la que se encontraban, ante el silencio que se dio, suspiró, ya sabiendo la respuesta. Preguntó quién tenía armas demoníacas, y empezó a preguntarles por información. Quién los perseguía, por qué, cuántos, dónde… Pero Yuuichiro confesó por todos que nadie les había explicado nada, que lo único que sabían es que eran familia y lo único que quieren hacer es protegerla. Krul entonces decidió darles información de quién era el enemigo, recapitulando a algo que había pasado ocho años atrás cuando una humana fue a visitarla: Mahiru Hiragi. Muy para sorpresa de Shinoa, su hermana.

Continuaron la conversación en el siguiente capítulo, siendo éste el noventa y siete. Ante la sorpresa de Shinoa por la mención de su hermana, Krul cuestionó cómo la conocía y qué tipo de relación tenían. Se quedó en silencio mientras los demás humanos comentaban del tema, pues Shinoa no parecía muy cómoda en hablar de su hermana, y ellos querían que supiera que si no quería saberlo, ellos tampoco. Después de pensarlo detenidamente, Shinoa finalmente pidió a Krul que por favor le hablara de su hermana. Ella explicó cómo fue que ocho años antes, antes incluso de tener a Mikaela con ella, Mahiru apareció en su sala del trono, confesando que sabía dónde estaban Mikaela, Yuuichiro e incluso Ashera, y que podía ayudarla a llegar hasta ellos.

Esta conversación se alargó hasta el capítulo noventa y ocho, continuando con el recuerdo de Krul y Mahiru. Ésta le explicó cómo su familia era un culto creado por el primer progenitor, cómo fue creada con células suyas y cómo la querían usar como marioneta para sus planes, lamentando la incapacidad de enamorarse con todo esto pues no la veían ni como humana, pues ya tenían planeado hasta cómo moriría. Krul ignoró todo eso, centrándose en que había dicho que sabía dónde estaba Ashera. Mahiru respondió que al igual que ella, seguía siendo manipulado por Shika, algo que enfadó mucho a Krul. Se levantó del trono y agarró a Mahiru del cuello, cansada de sus evasivas le ordenó que fuera directa al grano y le dijera dónde estaba su hermano. Mahiru le enseñó una droga que mantenía a Shika alejado, inyectándose en el cuello delante de Krul, inmediatamente empezando a sangrar por la boca y cayendo al suelo. Krul no hizo nada, viendo como Mahiru caía al suelo mientras sangraba y temblaba de dolor. Mahiru le pidió que le hiciera vampiro, pues estaba muriendo, Krul la miró confundida, pues todo había sido muy abrupto, y Mahiru solo dijo que ambas querían ambas cosas: vivir fuera de los hilos de Shika.

Una vez acabó de recordar todo eso, Krul atacó a Shinoa, pues tenía a Shika dentro y estaba escuchando todo. Krul proclamó que él era su enemigo, pues quería usar a Mikaela y a Mahiru para sus experimentos, pero Shika, en el cuerpo de Shinoa, le tapó la boca, diciendo que no planeaba herir a Mikaela. Shinoa entonces cayó de rodillas al suelo, confundida con lo que estaba pasando. De ptonto apareció Guren con Mahiru, rompiendo la ventana. Éste gritó a Krul que se había pasado con la información, pero ella solo le gritó de vuelta. Guren entonces informó que tenían que hacer un ritual rápidamente para atraer a Mikaela y hacerlo poseer un arma demoníaca.

En el capítulo noventa y nueve se enseñó que aún con esa promesa, los demás humanos no parecían muy seguros de seguirle, poniéndose en pose de defensa y listos para pelear, reclamando y gritando a Guren que les había mentido múltiples veces y había matado indirecta o directamente a todas sus familias. Mientras, Krul solo miró la discusión aburrida aún sentada en el sofá. Finalmente, cansada, se levantó y llamó la atención a todos, pues no tenían tiempo para eso. Shinoa tomó el control de la conversación, y los demás humanos bajo su cargo empezaron a discutir la posibilidad de confiar de nuevo en Guren o no, bajo la seria mirada de Krul. Guren finalmente les gritó todo lo que había hecho y por qué estaban donde estaban, siendo incapaz de aguantar las lágrimas. Pidió la ayuda de todos los humanos presentes, pidiendo disculpas por sus mentiras y por ocultar información. Shinoa entonces cortó la conversación, informando que Ashera estaba trabajando con Shika, para la sorpresa de Krul.

Yuuichiro fue a hablar con él, entrando a su mente, y no fue hasta el capítulo cien que despertó. Sin resultado, por lo que asumió que era cierto y estaba trabajando con Shika, informando de esto al resto. Mientras, los demás fueron fuera, preparando un hechizo para llamar a Mikaela y que poseyera un arma. Los humanos prepararon todo mientras Krul sostenía a Shinoa, ninguna muy contenta de ello, pues Krul llevaba a Shinoa arrastrada por el suelo y Krul no estaba muy feliz con ser puesta de niñera, mucho menos en una situación tan tensa. Shinoa preguntó a Krul sobre su hermano, pues las noticias que habían recibido sobre él no eran las mejores. Krul no respondió, pasando gran parte del capítulo ciento uno en silencio mirando cómo los demás preparaban todo mientras ella vigilaba de Shinoa. Rol que continuó en el capítulo ciento tres, ciento siete, ciento nueve, y parte del ciento diez. En este último, cuando Mikaela finalmente volvió, ahora como el demonio de Yuuichiro, Krul lo recibió leve golpe que le hizo caer al suelo. Sonriendo, Krul le dio la bienvenida y empezaron a pelear de forma leve, para la sorpresa de Yuuichiro y cansancio de Mikaela. Ésta comentó que aún en su posición, ella seguía siendo más fuerte que él, y le felicitó por haber ganado una pelea contra Shika.

Mikaela le preguntó si le tenía aprecio, algo que Krul no supo responder. Éste le pidió que aunque fuera mínimo, por favor le dijera cuál era su objetivo en todo eso. Krul confesó que todo lo que había hecho había sido por su hermano, para recuperarlo. Mikaela, pensativo, se da cuenta de quién era Ashera, el demonio de Yuuichiro. Su conversación fue interrumpida por Ferid, llegando con una camioneta y casi atropellando a Kimizuki.

Noveno Arco; Akihabara[]

En el capítulo ciento once, subieron al coche de Ferid. Se sentó junto Guren y Mahiru, viendo la conversación y la pelea desde el coche junto con Ferid. Así continuó hasta el capítulo ciento doce, viendo el final de la pelea. Divertido ante las palabras de família de Yuuichiro, Ferid preguntó si él también podía llamarle así, pero Krul le amenazó si siquiera pensaba en volver a decir algo así. Ferid no hizo caso, y al final Krul le cortó la cabeza, divirtiendo a Crowley. En el capítulo ciento tres, una vez la pelea ya terminó, volvieron al coche. No dijo nada mientras los humanos conversaban, negándose a participar en las actividades familiares de éstos.

Finalmente, llegaron a su destino en el capítulo ciento catorce. Ya fuera del coche y por entrar a donde habían conducido, Mikaela se acercó a ella y le preguntó por su relación con Guren y Ferid. Krul confirmó que tienen el mismo objetivo, pero Mikaela insistió, preguntando si tienen el mismo que él. Ella le tranquilizó, diciendo que ninguno de los implicados quería vivir para siempre, así como él tampoco. Finalmente se subieron al ascensor todos los presentes, yendo al nivel quince. Era un laboratorio lleno de cadáveres que estaban intentando mantener. Guren reveló que Mikaela era el hijo de Shika, y que para seguir con su plan, lo tenían que sacrificar, algo que Yuuichiro se negó en rotundo.

Esto continuó hasta el capítulo ciento quince, Krul no hizo nada, viendo la pelea en silencio desde un lado. Cuando Yuuichiro parecía a punto de escapar, le agarró del tobillo y lo tiró contra el suelo, rompiéndolo. Finalmente, Yuuichiro le pidió poder a Ashera para poder ganar, sorprendiendo a Krul pues podía sentir a su hermano. Salió por un momento en el capítulo ciento dieciséis, pero su aparición fue mayormente un recuerdo que continuó hasta el ciento diecisiete. Ashera finalmente poseyó a Yuuichiro. Krul rápidamente saltó hacia él, reclamando la atención de su hermano. Llamó a Guren para que sedara a Yuuichiro y así poder salvar a Ashera.

Sin embargo, aún en el capítulo ciento dieciocho la droga no había dado efecto. Yuuichiro se quedó inconsciente por la droga, peleando al demonio dentro de él, mientras que los demás miraban sin poder hacer mucho más. Nadie pudo ser capaz de parar a Yuuichiro antes de que se escapara con Mikaela. No vuelve a aparecer hasta el ciento veinte, claramente enfadada por el hecho de que Yuuichiro había devorado a su hermano.

Décimo Arco; - - -[]

Debido a que el anterior arco fue donde se descubrió el pasado de los principales vampiros como ángeles, entre ellos Krul, no volvió a salir hasta el próximo arco, específicamente el capítulo ciento treinta y cinco. Se encontraba en medio de la calle, recibiendo a Arcane que se posó en su dedo. De pronto, Ferid llegó detrás suyo. La interacción continuó en el capítulo ciento treinta y seis. Krul notó el cambio abrumador de poder de Ferid, yendo al capítulo ciento treinta y siete. Krul dudaba de qué tan poderoso era Ferid exactamente en ese momento, incapaz de saber si era más fuerte que ella o no. Le preguntó qué era, a lo que Ferid felizmente fue a responder, siendo interrumpido por un ataque de Krul. Éste lo esquivó, agarrándole la mano, pero ella no se inmutó, simplemente dándole una patada que lo tiró para atrás. Entonces lo agarró del brazo y lo empujó al suelo, insultandolo por tan estúpida acción como la era el empezar una pelea con ella.

Sin embargo, él no se inmutó. Llamando a un hechizo, atravesó el brazo de Krul con unas cadenas que salieron de su cuerpo. Ésta intentó cortarse el brazo para escapar del agarre, pero se vio incapaz de hacerlo por alguna razón. Krul rápidamente se dio cuenta que estaba siendo envenenada lentamente, desde el momento que entró en contacto con las cadenas, pero Ferid lo negó con una broma. Krul se dio cuenta de porque Ferid olía a Crowley, pues se lo había comido, y parecía que ella iba a ser la siguiente, aunque no tenía ni idea de cómo podía hacer tal cosa.

Con la boca muy abierta, Ferid saltó hacia ella, listo para devorarla, pero Krul saltó hacia atrás para esquivarlo. Él simplemente empujó de la cadena que aún la atravesaba, convirtiendo su mano en una extraña boca deforme de largos y puntiagudos dientes que le llegaba hasta el codo. Krul se dio cuenta que el veneno no le estaba ralentizando, por lo que dedujo era algo que Ferid necesitaba para devorarla. Así, esquivó el ataque de Ferid y le cortó el brazo justo por donde comenzaba la extraña boca. Entonces, le cortó la cabeza, pero esta estaba aún unida a su cuerpo con una cadena. Ferid entonces llamó a Guren por ayuda, y apareció junto con Mahiru detrás de Krul, cortándole la espalda con su espada.

Aún así, ella no se inmutó, viendo la pelea como un ataque patético, siendo que eran tres contra uno y ella apenas había intentado contraatacar. Entonces llamó a Arcane para que bebiera de su sangre. Éste le mordió la mano, y eso le dio un nuevo traje y le soltó de las cadenas de Ferid, muy para la sorpresa de los presentes. Krul le tapó la boca a Ferid que iba a morderla, apartándolo de un manotazo y haciéndolo volar por los aires, atravesando un edificio, saliendo por la otra parte de éste y entrando a otro que estaba detrás, quedándose encajado a la pared. Guren y Mahiru lo vieron todo sorprendidos. Krul voló hasta donde estaba Ferid. Con un rápido ataque en el aire, rompió la pared del apartamento como si fueran garras.

Dejándolo ahí, volvió con Guren y Mahiru. Ésta le ofreció hacer un trato en vez de pelear, pero Krul lo ignoró, y con un pequeño golpe, la empotró contra el suelo. Guren apareció de pronto, intentando atacarle, pero Krul rompió la hoja de la espada, hiriendo así a Mahiru, el espíritu que lo poseía. Krul agarró a Guren por el hombre, ignorando el grito de Mahiru para que parara, mordiéndole el cuello. Esto siguió en el capítulo ciento treinta y ocho, Mahiru continuaba insistiendo que parase pero Krul le ignoró, dándole un manotazo y mandándola a volar hasta topar con una pared que rompió. Entonces Krul se dio cuenta entonces de la razón real por la que Mahiru la quería parar, pues la sangre de Guren era venenosa. Pero ya era tarde, había bebido demasiado. Mahiru reveló que los ataques anteriores de ella y Guren con las espadas la envenenaron con la primera y segunda dosis, la tercera y mortal siendo la sangre de Guren en esa gran cantidad.

Krul empezó a vomitar sangre de forma violenta, acabando postrada en el suelo. Mahiru se rió de ella, pues si hubiera bebido a Guren por completo, lo habría matado y eso la habría salvado. Krul era incapaz de hablar, apenas notando cuando Ferid volvió. Recordó una pequeña interacción que tuvo hacía tiempo con Ashera. Derrotada, le preguntó a Guren si iba a cumplir su promesa, a lo que él prometió que así sería. Reviviría a ambos como humanos. Krul insistió que lo prometieran, pero Mahiru solo dijo que harían todo lo posible, pues era algo demasiado complicado para poder prometer tal cosa. Krul se conformó con ello, sus últimas palabras siendo para Ashera.

Despertó más tarde dentro de Ferid, rodeada de las demás víctimas de él. Crowley la saludó, pero ella los ignoró un poco. Siendo esa su última aparición hasta el momento.

Episodios/Capítulos[]

Anime[]

Manga[]

Advertisement